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SUENIO DE HAKONE

Me permito compartir con ustedes una de las notas de Flor Santamaria Kovacs que además de ser mi hermana es una excelente periodista y escritora.


"La nieve sentada sobre los árboles resplandece fulgurante a los rayos del sol, Imágenes kaleidóscopicas golpean el vidrio de mi funicular. Girando y golpeando, volando sobre un lago inmenso y oscuro se revela un carrete de recuerdos en el horizonte de mi mente; tan lejos en tiempo y espacio, pero tan palpable como el frió que rompe mis labios. El monte Fuji majestuoso del lado derecho no se muestra completo, en cambio cubriendo su boca de nubes nos impide a los comunes ver su rostro samurai.

Un sacudón me roba del sopor, el tren no se detiene aún. El sonido de los rieles y su marcha, la voz poco audible en japonés anunciando la próxima estación se riega por los vagones. No hay imágenes perdidas, sólo casas de madera mojadas y árboles de cerezo saludando. Los capullos de “sakura” todavía no están listos pero las florecitas más precoces, cual princesas orientales, impacientes, quieren ser notadas. Y se atavían con mini faldas sin importar cuanto frío hace, y se pellizcan las mejillas hasta dejarlas coloradas; y sin un dejo de vergüenza muestran los dientes al sonreír.

Después de que la línea naranja del sol recién nacido me lavara los ojos, la estación del teleférico había quedado atrás con los turistas. Ahora, rodeada por vapores sulfúricos salidos de las entranias de la tierra, manos entrelazadas frente a mi vientre estaba parada allí, impávida frente al volcán. Con una especie de subordinaron que podría resemblar a un soldado escuchando el discurso de un general un día de parada.

Sin una nube para impedirme verle, sin un solo reproche de la naturaleza que me espantara de admirarle, su boca de cenizas y las barbas blancas del  Fuji. El Monte Fujisan en Hakone. Sólo pude hacer tres reverencias repitiendo “domo arigato”,y, quedarme ahí por largo rato."

Flor Santamaria Kovacs